El edema es una acumulación excesiva de líquido en los espacios intercelulares (intersticiales) de los tejidos o en las cavidades serosas del cuerpo. Clínicamente, se manifiesta como hinchazón, aumento de volumen de un órgano o parte del cuerpo.
En esencia, el edema es un síntoma que indica un desequilibrio entre la entrada de líquido en los tejidos desde los capilares y su salida hacia el lecho vascular y el sistema linfático.
El desarrollo del edema se basa en uno de los cuatro mecanismos básicos que alteran el intercambio normal de fluidos entre la sangre y los tejidos:
El edema es uno de los signos clínicos más importantes que requieren un diagnóstico para identificar su causa subyacente. El edema periférico de los miembros inferiores es el más frecuente, y se caracteriza por un hoyuelo dejado por la presión de los dedos.
Según la localización, el edema puede poner en peligro la vida. El edema pulmonar y el edema cerebral son afecciones urgentes que requieren atención médica de urgencia.
La búsqueda diagnóstica tiene por objeto identificar la enfermedad subyacente. Incluye anamnesis, exploración física, pruebas de laboratorio y estudios instrumentales (ECG, ecocardiograma, ecografía). El tratamiento del edema consiste siempre en tratar la causa del edema.
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