El ronquido (roncopatía) es un sonido vibratorio específico de baja frecuencia generado durante el sueño, como consecuencia del paso de aire a través de las vías respiratorias superiores estrechadas. El sonido se genera por la vibración de los tejidos blandos de la faringe, principalmente el paladar blando y la úvula.
El ronquido es un fenómeno de alta prevalencia que puede constituir tanto un problema de relevancia social (al interrumpir el sueño de otras personas) como, de mayor importancia, un síntoma clave de una enfermedad potencialmente mortal: el síndrome de apnea obstructiva del sueño (SAOS).
La base física del ronquido reside en la obstrucción parcial (estrechamiento) de la faringe a nivel del paladar blando. Durante el sueño, se produce una relajación fisiológica y una disminución del tono muscular, incluso de aquellos músculos encargados de mantener la permeabilidad de la vía aérea superior.
Si hay factores anatómicos o funcionales predisponentes, esta disminución del tono muscular conduce al colapso de las paredes faríngeas. Al pasar a través del área estrechada, el flujo de aire se acelera, causando la vibración de los tejidos blandos, lo que se percibe como el sonido del ronquido.
Los principales factores que contribuyen al desarrollo del ronquido son:
Es crucial distinguir entre el ronquido no complicado y el ronquido como manifestación del síndrome de apnea obstructiva del sueño.
El diagnóstico se inicia con una anamnesis (incluyendo una entrevista al compañero de cama) y una exploración física otorrinolaringológica para identificar causas anatómicas. El «estándar de oro» para el diagnóstico de los trastornos respiratorios del sueño es la polisomnografía, un estudio que registra durante toda la noche múltiples parámetros fisiológicos, como el flujo respiratorio, la saturación de oxígeno en sangre, la actividad cerebral y la frecuencia cardíaca.
El tratamiento del ronquido no complicado incluye modificaciones del estilo de vida (la reducción de peso, la abstinencia de alcohol y el cambio de postura al decúbito lateral). El tratamiento de primera línea para el SAOS es la terapia con CPAP (abr. ingl. de Continuous Positive Airway Pressure), que consiste en crear una presión positiva constante en las vías respiratorias mediante un dispositivo especial.
La principal tarea del médico es no pasar por alto el síndrome de apnea obstructiva del sueño atribuyéndolo erróneamente a un ronquido «simple». La presencia de ronquidos acompañada de síntomas como pausas respiratorias durante el sueño, sueño no reparador, somnolencia diurna excesiva o hipertensión, constituye una indicación formal para realizar una polisomnografía. Es crucial comprender que todos los pacientes con SAOS roncan, pero no todas las personas que roncan padecen SAOS. Solo un estudio objetivo del sueño permite diferenciar definitivamente estas dos condiciones.
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