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Escarlatina

También conocido como: Fiebre escarlata

La escarlatina (del latín tardío scarlatum — «rojo brillante») es una enfermedad infecciosa aguda que representa una de las formas clínicas de infección estreptocócica. Es causada por el estreptococo β-hemolítico del grupo A (EBHGA), que produce la toxina de Dick eritrogénica (escarlatina).

La enfermedad se presenta con intoxicación sistémica, fiebre, amigdalitis aguda y una erupción puntiforme fina característica. No es la fase aguda de la escarlatina la que plantea el mayor riesgo, sino complicaciones autoinmunes graves como la fiebre reumática aguda y la glomerulonefritis.

Etiología y fisiopatología

La fuente de infección es una persona con escarlatina, amigdalitis aguda o un portador asintomático de EBHGA. La transmisión se produce principalmente por el aire. La puerta de entrada más común es la mucosa orofaríngea; con menos frecuencia, el patógeno ingresa a través de la piel dañada («escarlatina de herida»).

La patogenia de la escarlatina comprende tres componentes:

  1. Infeccioso: inflamación purulenta local en el sitio de entrada del patógeno (se presenta con mayor frecuencia como amigdalitis aguda).
  2. Tóxico: la toxina eritrogénica liberada por el estreptococo ingresa al torrente sanguíneo y desencadena respuestas sistémicas: fiebre, intoxicación y la erupción característica debido a la dilatación de los capilares cutáneos.
  3. Alérgico: en respuesta a los antígenos estreptocócicos, se desarrolla hipersensibilidad que causa complicaciones que generalmente se observan durante las semanas 2 a 3 de la enfermedad.

La inmunidad posinfecciosa es de naturaleza antitóxica. Esto significa que, si bien una persona puede contraer amigdalitis estreptocócica nuevamente, el cuadro clínico completo de la escarlatina (incluida la erupción) generalmente ocurre solo una vez en la vida.

Importancia clínica

La enfermedad comienza abruptamente con fiebre repentina, dolor de cabeza, malestar y, a menudo, vómitos. El diagnóstico se basa en una tríada clínica característica: amigdalitis aguda, intoxicación y erupción cutánea.

Las manifestaciones clínicas clave incluyen:

  • Amigdalitis aguda: la intoxicación se acompaña de dolor de garganta intenso. La faringoscopia revela una marcada hiperemia mucosa («ardor de garganta») y las amígdalas pueden estar cubiertas de un exudado purulento. Los ganglios linfáticos cervicales están agrandados y sensibles.
  • Erupción: este signo aparece el primer o segundo día de la enfermedad. La erupción en una piel hiperémica es fina y de color rosa brillante; se siente como papel de lija («piel de zapa»). Generalmente se intensifica en los pliegues naturales de la piel (p. ej., codos, ingle) como líneas de color rojo oscuro, conocidas como líneas de Pastia.
  • Triángulo nasolabial pálido (signo de Filatov): la erupción facial brillante contrasta con la palidez en la región nasolabial. Este es un signo patognomónico de escarlatina.
  • «Lengua de fresa»: en los primeros días, la lengua está cubierta por una gruesa película blanca. Entre los días 2 y 4, la capa comienza a aclararse desde el centro hacia afuera, revelando una superficie carmesí brillante con papilas hinchadas.
  • Descamación: una o dos semanas después de que desaparece la erupción, comienza la descamación característica de la piel: descamación fina en el tronco y descamación laminar grande en las palmas y las plantas.

La base del tratamiento es la terapia con antibióticos con penicilinas, cuyo objetivo es erradicar el patógeno y, lo más importante, prevenir las complicaciones reumáticas.

Diagnóstico diferencial

La escarlatina debe diferenciarse de otras enfermedades exantemáticas. Se distingue del sarampión por la ausencia de un pródromo catarral (tos, conjuntivitis) y la naturaleza de la erupción (el sarampión se presenta con una erupción maculopapular). La escarlatina se distingue de la rubéola por la intoxicación más grave, la amigdalitis intensa y el triángulo nasolabial pálido. El diagnóstico diferencial también incluye pseudotuberculosis, exantemas enterovirales y dermatitis alérgica. El diagnóstico definitivo de escarlatina se basa en la combinación de amigdalitis aguda, erupción puntiforme fina y «lengua de fresa».

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