Biopsia (del griego bios — vida y opsis — mirada/vista) es un método de investigación en el que se toman células o tejidos (material de biopsia) del cuerpo durante la vida con fines diagnósticos. El material obtenido se somete a un examen microscópico, más a menudo histológico.
Este procedimiento es el «estándar de oro» en el diagnóstico de enfermedades oncológicas, ya que permite un diagnóstico definitivo, determinando el tipo histológico del tumor y el grado de su malignidad. La biopsia también se utiliza ampliamente para diagnosticar procesos inflamatorios, autoinmunes y degenerativos.
Dependiendo del objetivo y la localización del foco patológico se utilizan diferentes tipos de biopsia:
El material obtenido durante la biopsia se envía al laboratorio de anatomía patológica. Allí se somete a un procesamiento especial, tras lo cual el patólogo lo examina al microscopio y compone un dictamen histológico.
Este dictamen es decisivo para la elección de la táctica de tratamiento. Con base en él, se determina el volumen de la operación necesaria, se decide si se prescribe quimioterapia o radioterapia y se pronostica el curso de la enfermedad.
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