Formas atípicas de amigdalitis: clasificación, manifestaciones clínicas y tratamiento
Formas atípicas de amigdalitis aguda: síntomas, causas y tratamiento de las formas herpética, flemonosa, fúngica y amigdalitis en infecciones y enfermedades.
La otitis media aguda (OMA) es una inflamación de la cavidad del oído medio acompañada de dolor intenso y pérdida de audición, que dura hasta 1 mes.
La otitis media exudativa (ESO, serosa, secretora) es una patología caracterizada por la presencia de exudado en la cavidad del oído medio, sin síndrome doloroso. Clínicamente, se distinguen formas agudas (hasta 3 semanas), subagudas (3-8 semanas) y crónicas (> 8 semanas) de otitis media exudativa. En la práctica, sin embargo, suele ser difícil establecer el momento exacto de aparición y sólo se distinguen las formas agudas y crónicas.
La miringitis es una inflamación del tímpano.
Esta enfermedad está causada principalmente por bacterias. Las bacterias más frecuentes son Streptococcus pneumoniae, Moraxella catarrhalis, Haemophilus influenzae, menos frecuentemente Escherichia coli y Staphylococcus aureus, estreptococos beta-hemolíticos del grupo A. En el 10-30% de los casos, se supone una etiología vírica.
Los patógenos entran en la cavidad estéril del oído medio a través de la trompa auditiva. En enfermedades infecciosas como el sarampión, la escarlatina y la gripe, también es posible la vía hematógena de infección.
El desencadenante del desarrollo de la otitis media es la obstrucción del conducto auditivo causada por una inflamación en la nasofaringe (adenoiditis, rinitis, sinusitis).
Cuando se obstruye la trompa de Eustaquio, la mucosa absorbe el aire de la cavidad del oído medio y se crea una presión negativa, que provoca la salida del trasudado. Los microorganismos patógenos entran en la cavidad del oído medio desde la nasofaringe, por lo que el trasudado es un buen caldo de cultivo para la inflamación.
La otitis media aguda se caracteriza por un proceso escalonado. Inicialmente hay hiperemia de la mucosa del oído medio (fase catarral), después se detecta un componente líquido claro.

Con la progresión del proceso, la mucosa se infiltra de leucocitos, la secreción se satura de neutrófilos, se forma un exudado purulento (fase preperforatoria).

Cuando la presión del componente purulento se aplica a la membrana timpánica, ésta se rompe (etapa de perforación), a través de la cual el contenido patológico fluye hacia el conducto auditivo externo. Tras la evacuación del contenido purulento, se repara la cavidad timpánica y se cicatriza la perforación (fase reparadora).
Con un curso desfavorable, el contenido purulento a través del antro puede penetrar en las células de la apófisis mastoides, lo que conduce a la propagación de la inflamación al tejido óseo y al desarrollo de una complicación formidable: la mastoiditis.
Las otitis medias agudas son más características de la infancia debido a sus rasgos anatómicos: trompa de Eustaquio ancha y corta, ángulo más plano entre la parte ósea y la cartilaginosa, tejido linfoide hipertrofiado en la nasofaringe y presencia de tejido mixoide en las cavidades del oído medio.
Cada fase de la otitis media aguda se caracteriza por su propio cuadro clínico, que cambia secuencialmente. Lo más frecuente es que el proceso patológico se desarrolle en un contexto de cambios inflamatorios en la nasofaringe, como rinitis, adenoiditis, sinusitis.
Etapas de la enfermedad:

Si es desfavorable, la enfermedad puede cronificarse o provocar complicaciones como otitis media supurativa crónica, mastoiditis, laberintitis, etc.
Para el desarrollo de un cuadro clínico pronunciado es suficiente 4-6 horas, con un curso favorable de la recuperación viene en 5-7 días.
La regla de oro para hacer este diagnóstico es la otoscopia.
Etapas de la otitis media aguda, cambios en la otoscopia
| Fase CCA | Membrana timpánica (MT) | Conducto auditivo externo (CAE) |
|---|---|---|
| Fase catarral | PA hiperémica; Vasos sanguíneos llenos; Cono luminoso no definido; Asa del malleus acortada; El malleus corto sobresale bruscamente en el lumen del SNR | Sin cambios |
| Fase preperforatoria purulenta | PA turbia, hiperémica, amarilla, abombada en el lumen del PNS; El contenido purulento es visible; Pulsación posible; Los contornos de identificación no están definidos | Sin cambios |
| Fase perforativa purulenta | Perforación (más a menudo en forma de hendidura, en las partes inferiores) en el EP; El contenido purulento rezuma a través de la perforación; Posible «reflejo pulsátil»: el contenido rezuma de forma espasmódica; Los contornos de identificación se restablecen parcialmente | Hay mucha secreción purulenta en el PNS |
| Etapa reparadora | Membrana timpánica gris, turbia, puede estar retraída; reflejo del viento mal definido; Perforación en forma de hendidura, sin secreción patológica, puede tener forma de cicatriz | Sin cambios |
Modelos 3D de las fases de la otitis media aguda:
Realizado adicionalmente:
En las otitis medias frecuentes y recurrentes en niños con adenoides hipertróficas, está indicada la adenotomía.
Este tipo de otitis media está causado por el virus de la gripe y es más frecuente durante los brotes estacionales. El virus entra en la cavidad del oído medio a través de la trompa auditiva desde la nasofaringe o por vía hematógena con el torrente sanguíneo.
La fisiopatología de este tipo de otitis media no suele diferir de la de otras etiologías.
La otitis media gripal se caracteriza por los siguientes rasgos:
El cuadro clínico es similar al de la otitis media común.
Síntomas principales:
Además de las molestias localizadas, se observa la manifestación de otros síntomas de la infección gripal:
Si el pronóstico es desfavorable, se desarrolla una otitis media purulenta aguda, y también pueden producirse mastoiditis y meningitis.
Para establecer el diagnóstico de otitis media aguda, se realiza una exploración otorrinolaringológica completa (otorrinolaringoscopia) y, si es necesario, una otomicroscopia.
Desde el punto de vista del diagnóstico de laboratorio, es obligatorio realizar un análisis de sangre para determinar los marcadores inflamatorios. En el periodo de aumento epidémico, el diagnóstico de gripe se establece clínicamente, pero en caso de baja morbilidad, se realiza un estudio de PCR de la mucosa nasofaríngea.
Se puede realizar una prueba rápida en casa, pero su sensibilidad es baja.
Se utiliza un tratamiento antivírico específico (inhibidores de la neuraminidasa). El resto del tratamiento de la otitis media se lleva a cabo según las recomendaciones anteriores. Se prescribe terapia antibacteriana si está indicada.
La infección por sarampión está causada por el virus del sarampión, que se transmite por gotitas en el aire.
El virus del sarampión causa catarro de las vías respiratorias superiores y una erupción cutánea específica. Los cambios generales en el desarrollo de la otitis media en el sarampión son similares a los de otras etiologías, sin diferencias significativas.
La otitis media por sarampión se caracteriza por las siguientes diferencias:
En este tipo de otitis media predominan los siguientes síntomas:
El dolor de oído no es característico de este tipo de otitis media.
El diagnóstico se basa en la otoscopia. El diagnóstico se basa en los datos de la otoscopia, y hay una prueba de tono camerular para determinar la hipoacusia mixta, así como pruebas vestibulares para evaluar el nistagmo. El diagnóstico de laboratorio incluye análisis de sangre para marcadores inflamatorios, análisis de sangre para anticuerpos contra el virus del sarampión.
Se trata la enfermedad subyacente, pero de momento no existe un tratamiento específico para el sarampión, por lo que se prescribe una terapia sintomática. Se prescribe terapia antibacteriana masiva, saneamiento de las cavidades del oído medio, aseo regular.
Si se producen complicaciones, se realiza un tratamiento quirúrgico (antromastoidotomía). Se recomienda la vacunación para la prevención.
El agente causante de esta enfermedad es el estreptococo beta-hemolítico del grupo A, que se transmite por gotitas en el aire. El patógeno penetra en la cavidad del oído medio por vía hematógena o a través de la trompa auditiva.
En un contexto de cambios generales en el organismo (erupción cutánea, amigdalitis), se producen cambios específicos en la cavidad del oído medio:
En este tipo de otitis media predominan los siguientes síntomas:
El diagnóstico se basa en la otoscopia. Se realizan pruebas camerales para determinar la pérdida de audición conductiva en el oído afectado, así como pruebas vestibulares para evaluar la función del laberinto.
El diagnóstico de laboratorio es obligatorio: la leucocitosis y el aumento del nivel de proteína C reactiva son característicos en la OAC. El examen microbiológico determina el agente causal y su sensibilidad a los fármacos antibacterianos.
Se trata la enfermedad subyacente y se prescribe una terapia antibiótica masiva. Se prefieren las penicilinas o las cefalosporinas. Se realiza una sanación del oído medio, aseo con soluciones antisépticas. Si se producen complicaciones, se realiza un tratamiento quirúrgico (antromastoidotomía).
La causa subyacente de esta afección es la obstrucción del orificio de la trompa auditiva en la nasofaringe, que puede ser de naturaleza inflamatoria o alérgica.
Los niños enferman más a menudo debido a una mayor proporción de hiperplasia del tejido linfoepitelial de la nasofaringe. En los adultos, esta patología puede indicar procesos inflamatorios en la nasofaringe. También debe considerarse la posibilidad de neoplasias en la bóveda nasofaríngea que obstruyan el lumen de la abertura de la trompa auditiva.
La patogénesis de la enfermedad tiene un comienzo similar al desarrollo de la otitis media, pero la inflamación en este caso es de naturaleza aséptica.
En un contexto de obstrucción de la trompa de Eustaquio, en la cavidad del oído medio se crea una presión negativa, que contribuye al flujo de trasudado hacia sus espacios.
La situación se agrava por el hecho de que el epitelio escamoso degenera en epitelio secretor (aumenta el número de células bocaloides y glándulas secretoras). Este proceso contribuye a la transformación del transudado en exudado, debido a la impregnación con componente proteico y al aumento de la viscosidad del contenido.
Sin un tratamiento adecuado, el proceso se cronifica.
Clínicamente, la enfermedad pasa desapercibida durante mucho tiempo, sobre todo cuando el proceso patológico está presente en ambos lados. Los síntomas principales son la pérdida de audición conductiva gradualmente progresiva y la congestión del oído. El síndrome doloroso no suele ser característico, pero pueden aparecer acúfenos y autofonía. El estado general no se deteriora.
En primer lugar, se realiza una otoscopia. Al examinarla, se visualiza una membrana timpánica gris y densa con vasos engrosados, que puede estar ligeramente retraída en las partes superiores. El cono de luz no está definido. Detrás de la membrana timpánica se visualiza un contenido transparente, a veces con un nivel de exudado, y pueden verse burbujas de aire.
Si se sospecha la presencia de exudado, se realiza una timpanometría, que es fundamental para el diagnóstico. En presencia de contenido, el timpanograma corresponde al tipo B. Se realizan pruebas camerales para determinar la naturaleza de la hipoacusia. Se recomienda la endoscopia nasofaríngea para determinar la causa de la enfermedad. En casos dudosos, está indicada la tomografía computarizada de los huesos temporales y la nasofaringe.
En primer lugar, es necesario eliminar la causa de la enfermedad. Se realiza un saneamiento de la nasofaringe. Se prescriben mucolíticos sistémicos para mejorar la secreción. También se recomienda que el paciente realice una serie de ejercicios para soplar la trompa de Eustaquio.
Si te resulta imposible dominar esta técnica por ti mismo, el médico soplará los conductos auditivos con un globo (según Politzer) o los cateterizará con la consiguiente introducción de aire.
Rara vez se prescriben fármacos antibacterianos cuando están indicados.
La causa de la enfermedad es el impacto de la microflora patógena o la activación de la microflora oportunista. Entre los principales agentes causantes se distinguen:
La miringitis como afección aislada es poco frecuente y se desarrolla más a menudo junto con la otitis media o la otitis externa. También puede ser consecuencia de la extracción descuidada de cuerpos extraños del conducto auditivo externo, así como de la exposición a factores térmicos o químicos.
Como consecuencia de factores irritantes (incluidas las vías de infección hematógena o por contacto), se producen cambios inflamatorios en la membrana timpánica. Como resultado, hay vasos sanguíneos llenos y una marcada infiltración en el espesor de la membrana.
En su superficie pueden formarse ampollas serosas o hemorrágicas (bullas). Se segrega una secreción serosa en el lumen del conducto auditivo externo.
Los pacientes notan un dolor agudo, intenso y punzante en el oído. Puede haber ruido, crepitación, picor en el oído afectado, así como secreción escasa transparente o hemorrágica. Puede observarse pérdida de audición. En algunos casos, hay síntomas generales pronunciados, la temperatura corporal sube a 38-39 °C, acompañada de dolor de cabeza y debilidad.
El diagnóstico se basa en los hallazgos de la otoscopia. En su superficie puede visualizarse una membrana timpánica hiperémica, infiltrada, con vasos fuertemente engrosados y bullas. Los contornos identificativos de la membrana están borrosos.
Las pruebas cameratales y los audiogramas revelan una pérdida de audición conductiva de diversos grados.
Un análisis general de sangre revela leucocitosis con desviación a la izquierda de la fórmula y aumento de la proteína C reactiva (PCR). También se realiza un frotis de la superficie de la membrana timpánica para determinar el organismo causante.
Se prescriben antiinflamatorios para controlar el dolor y reducir la inflamación, y antibacterianos si está indicado. Se recomienda la irrigación tópica con soluciones antisépticas para evitar la propagación de la infección y mantener limpio el conducto auditivo.
1. ¿Qué es la otitis media aguda y sus principales síntomas?
2. ¿Qué causas pueden provocar una otitis media aguda?
3. ¿Cuáles son las directrices clínicas para el tratamiento de la otitis media aguda?
4. ¿Cuáles son los peligros de la otitis media aguda?
5. ¿Durante cuántos días se trata la otitis media aguda?
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